Tintín y el país del museo verde

Tras descartar el museo bruselense, el sitio propuesto por la UCL ha seducido a la Fundación Hergé.

Por FRÉDÉRIC SOUMOIS

Está decidido: el Museo Hergé nacerá bien. Y se quedará en Bélgica, más concretamente en Lovaina la Nueva, donde abrirá sus puertas en un plazo de tres a cinco años. En realidad la idea no es nueva. A principios de los años ochenta, Guy Dessicy había concebido el proyecto en Etterbeek. Es lo que andando el tiempo llegaría a ser el Centro belga de la historieta (Centre belge de la bande dessinée).

Pero la Fundación Hergé, que gestiona la herencia artística y moral del mundialmente conocido creador de Tintín, quería un museo dedicado exclusivamente a su obra.

Sin duda Bruselas, donde Tintín nació... el 10 de enero de 1929 (72 años ha hecho el pasado miércoles), era el lugar ideal. La Fundación deseaba un edificio nuevo. La ciudad ofreció sitio en la plaza Fontainas, no muy lejos de la calle Terranova (Terre-Neuve), que algunos consideran la calle del Labrador, donde vivió Tintín antes de mudarse a Moulinsart. En 1997 Stéphan Steeman llegó a vender a la Fundación su incomparable colección para enriquecer los fondos del futuro museo.

Fanny Rodwell: "Queríamos un entorno de verdor"

¿Qué clase de Zaharoff ha venido insidiosamente a sembrar la discordia entre las autoridades de Bruselas y Fanny Rodwell, la viuda de Hergé? El proyecto se fue demorando y después naufragó.

Aunque significaba un verdadero sacrilegio para los tintinófilos belgas, se habló incluso de instalar el Museo Hergé en Francia, acaso en Cheverny (Loira), donde se encuentra el castillo que sirvió de inspiración para el de Moulinsart. O en Angulema, sede del Centro francés de la historieta, cuyas autoridades han confirmado recientemente la construcción, con el acuerdo y el apoyo de la Fundación, de un monumental cohete lunar que contendrá piezas raras y espacios lúdicos.

Sin duda todo esto no era más que una engañifa, puesto que Fanny Rodwell anunció el pasado miércoles que su proyecto aterrizará en Lovaina la Nueva, en un terreno que prestará la universidad local. La heredera ha explicado en La Libre Belgique que ella quería un entorno de verdor y que se alegra de la cercanía de la universidad. Ha subrayado además la relación estrecha que une a Tintín con los paisajes del Brabante valón, inspiradores de Moulinsart y de una parte del escenario de las más recientes aventuras.

El Museo se extenderá por una superficie de más de 5000 metros cuadrados, y presentará documentos que ilustrarán tanto la obra dibujada de Hergé como la labor de Georges Rémi como pintor.

Al anunciarse este acuerdo, Henri Simons, Concejal de Urbanismo de la ciudad de Bruselas, dijo sentirse decepcionado en lo que respecta a la capital, pero contento de que el proyecto se materializase finalmente dentro de la Comunidad francesa, precisando en cualquier caso que la viuda de Hergé deseaba privatizar zonas verdes, lo que resultaba socialmente inaceptable. Eric Tomas, Ministro de Economía bruselense, que había emprendido una misión de buen entendimiento con la Fundación, reconocía que se trataba de una buena noticia: Lovaina la Nueva está cerca de Bruselas. Las repercusiones turísticas no serán desdeñables.




Una idea nacida en 1979 a la salida de un museo imaginario

Fue un día de 1979, en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas. Con Hergé, salíamos maravillados de la exposición "El museo imaginario de Tintín". Nos lamentábamos de que esas piezas se dispersasen de nuevo. Le dije a Hergé: "¿Por qué no un museo permanente?" Me contestó: "Buena idea, pero ¿dónde?" Hoy, 22 años después, la pregunta ha sido respondida. El hombre que compartió esos momentos con el creador de Tintín se llama Guy Dessicy. Fue durante mucho tiempo colaborador de Hergé. Tenía el lugar idóneo en su mano: la casa Cauchie, un edificio modernista en Etterbeek. Pero nunca se hizo por falta de financiación. Finalmente, el arquitecto Jean Breydel descubrió los grandes almacenes Waucquier, diseñados por Horta. El proyecto se amplió al conjunto de la historieta mundial, y en 1989 se convirtió en el Centro belga de la historieta. Hoy, Guy Dessicy se alegra de ver que la idea de 1979 va a realizarse, y además en Bélgica. Y lejos de temer tamaña competencia, sueña con futuras colaboraciones para seducir del todo al viajero amante de los bocadillos.




Lovaina la Nueva se engalana

Frente a la decepción bruselense, Ottignies-Lovaina la Nueva se engalana. Fruto de la voluntad común de la ciudad y de la universidad, la sede de la UCL ha superado su imagen de santuario académico para adquirir verdadera entidad urbana. La construcción del Museo Hergé aporta un sillar de primera calidad a este edificio construido hace 27 años. El lugar señalado linda con el parque de la Source, muy cerca del centro de la ciudad, y se trata de un terreno de alrededor de 50 áreas que será objeto de una cesión enfitéutica por 99 años.

Según Jean-Claude Nihoul, administrador del patrimonio inmobiliario de la UCL, la elección de la Fundación Hergé cayó de su peso. Las negociaciones se han desarrollado en secreto. Pero la Fundación se decidió en mayo de 2000, mientras que los primeros contactos se remontan al mes anterior.

El terreno tenía más de un pretendiente. Ahora está reservado a la Fundación Hergé por dos años. El museo ha sido objeto de un pequeño estudio de viabilidad por la UCL.

La prolongación de la famosa explanada neolovaniense se combinará con el megaproyecto inmobiliario de la sociedad Wilhelm & Co - los trabajos en la Avenida del Este, a la entrada del centro urbano, comenzarán este viernes, y los cines deberían abrir en septiembre de 2001 - y el del Aula Magna, un auditorio de más de mil plazas que la UCL inaugurará el 2 de mayo.

La Fundación buscaba un rincón verde, una facilidad de acceso y una imagen, precisa Jean-Claude Nihoul. El plan director de la ciudad nueva prevé en el parque de la Source un parque urbano. Allí trabaja en este momento el arquitecto paisajista internacional Jacques Wirtz. La accesibilidad está garantizada por la futura estación RER (Red Express Regional) y por la cercanía de la autopista E 411. Con esta elección, añade Jean-Claude Nihoul, se reconoce también a Ottignies-Lovaina la Nueva la condición de de ciudad importante que dispone de sus triunfos.

Nihoul pone el acento en la conversión de Lovaina la Nueva en un polo de atracción cultural. Preocupada por una perfecta integración, la UCL pone también a disposición de la Fundación Hergé su competencia en el terreno de la arquitectura y del urbanismo. Pero sin que haya en ello relación comercial alguna, asegura Jean-Claude Nihoul.




Moulinsart, ¿ilustre lugar del Brabante valón?

¿Está el castillo de Moulinsart situado en el Brabante valón? La pregunta divide a los especialistas. Se sabe que el nombre está ligado a la toponimia local. De Sart-Moulin, aldea de Braine-l'Alleud, Hergé ha sacado Moulinsart. Lo que ya no es tan sabido es que existe otro Sart-Moulin, en Villiers-le-Temple, provincia de Lieja.

¿Entonces? Hergé siempre se las ha ingeniado para no dar demasiadas pistas. Los especialistas han reconstruido sin embargo el itinerario que hay que seguir para llegar al castillo, que se encontraría a unos 30 ó 40 kilómetros de Bruselas ("Le colloque de Moulinsart", Paris, 1983).

Según el historiador y genealogista Hervé Douxchamps, Hergé ha intentado en sus álbumes desligarse de su belgitud, de tal suerte que Moulinsart puede ser considerado tanto un lugar belga como francés ("Intermédiaires des chercheurs et des curieux", octubre 2000). El hecho de que Moulinsart fuese concedido en 1684 a "su hijo natural"(1), Francisco de Hadoque, por Luis XIV y no por Carlos II, soberano legítimo de los Países Bajos, nos lleva en efecto a pensar en una region franco-belga anexionada por Francia. Del estudio de los privilegios otorgados por Luis XIV, resulta que en 1684 habría podido conceder un imaginario Moulinsart en las regiones de Tournai, Beaumont y Chimay, pero también en la de Bouvignes, en Luxemburgo. Si Luis XIV avanzó en 1683 hasta el Brabante, está claro que Hergé se cuidó muy mucho de la verosimilitud de los detalles.


Le Soir, jueves 11 de enero de 2001
© Rossel et Cie SA, Le Soir en ligne, Bruxelles, 2001