Mientras que el Parlamento dormita, el Ministro Presidente no para un momento

Tintín y las nueve bolas del Atomium

La Región bruselense no digiere el éxodo del Museo Hergé a Lovaina la Nueva, y propondrá la culta molécula de 1958 como lugar de acogida.

CHRISTOPHE SCHOUNE

¿Habrían ingerido "Cangrejo de las pinzas de oro" adulterado? ¿O tal vez demasiado Loch Lomond? Ausentes en sus tres cuartas partes o insensibles como las momias de los "Cigarros del faraón", los diputados bruselenses hicieron ayer tarde poco caso a las futuras aventuras de Tintín en el Brabante valón. Todo lo más que pudo verse fue la lágrima vertida por el diputado del PSC Benoît Cerexhe, que llora este éxodo, justificado por las aireadas y financieramente propicias condiciones de acogida, hacia el corazón de la ciudad universitaria.

¿Debe entonces Bruselas, que proponía un espacio en la Plaza Fontainas, a tiro de piedra de la mítica calle del Labrador, despedirse definitivamente de su más célebre héroe? El ministro bruselense de economía, Eric Tomas, reconocía su profunda decepción ante el fracaso de su misión de buena voluntad emprendida, con el fin de rescatar el proyecto, en diciembre pasado ante la Fundación Hergé.

"Tintín, aterrizando en la luna, podría por fin estrechar la mano de Neil Armstrong"

De todos modos, Eric Tomas no excluye la adopción de "medidas simbólicas fuertes" en el marco de la Presidencia europea que corresponde a Bélgica al final de este año. Nos consuela, por lo demás, que la Región no desespere de traer a Tintín a su "patria" bruselense. La próxima semana, el Ministro Presidente François-Xavier de Donnéa se reunirá con Nick Rodwell, marido de la viuda de Hergé, para negociar una presencia significativa de Tintín en Bruselas. En el gabinete del Ministro Presidente no se quiere confirmar la información. Pero parece probable que éste ofrezca en bandeja de plata varias bolas del Atomium para reflejar dignamente la imagen de ese monstruo sagrado de la historieta. El dinero está ahí: la Región dispone de un montante de 450 millones de francos (en parte fondos federales) para restaurar el degradado monumento.

No tengo ninguna lección que dar a la Fundación Hergé, la elección de Lovaina la Nueva es enteramente suya, admite Freddy Thielemans, (futuro) alcalde de Bruselas y presidente del ASBL Atomium. Pero evidentemente Tintín es bruselense de nacimiento y de corazón. La reunión de los dos símbolos más conocidos de Bélgica sería extraordinaria. Si con esa voluntad se emprende la renovación del Atomium, se podría afrontar todo sin desposeer por ello al Museo de Lovaina la Nueva. Esa sería la ocasión de desarrollar en Bélgica concepciones nuevas. Pienso en animaciones holográficas sobre las bolas del Atomium. Tintín, aterrizando en la luna, podría por fin estrechar la mano de Neil Armstrong (continuará...).


Le Soir, sábado 13 de enero de 2001
© Rossel et Cie SA, Le Soir en ligne, Bruxelles, 2001